No sabía lo que me esperaba después de esa media hora en avión hasta Melilla... entre el miedo de las turbulencias y el miedo a lo desconocido me encontraba yo mirando por la ventanilla deseando llegar viva, tan solo llegar viva. Pero lo que no imaginaba era la cantidad de vidas con las que coincidiría allí. 23 para ser más exacta. De Melilla me quedo con Melilla, con su fortaleza, su tranquilidad y su gente, me quedo con el reencuentro y con el encuentro con nueva gente a cada cual más impresionante, me quedo con ese escenario silencioso y acogedor, me quedo con las cervezas y los bailes y los chistes después del concierto y me quedo con la muestra de canciones en la habitación del hotel... por los nuevos trucos con la guitarra, por los consejos y los aplausos GRACIAS.
3 días después me veía denuevo en ese avión dirección contraria, mirando por la ventanilla, y deseando solo volver a reencontrarme algún día, en cualquier otro lugar con todos ellos para unas nuevas cervezas, nuevas charlas y nuevas canciones.
Gracias por leerme.
Gema Cuéllar.
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