CASUALIDADES

by - abril 26, 2010





Rojo Café. Guadalajara. México.

Era de noche y había micrófono abierto en el Rojo Café. Yo, que huyendo de mi misma había acabado en México, estaba allí con una guitarra prestada dispuesta a vencer la timidez y a cantar algunas de mis canciones. Faltaban cinco cantautores para mi turno. Me di cuenta de que la guitarra que me habian prestado no estaba electrificada. No podía enchufarla. Miré alrededor, y vi una sala llena de mesas y de cantautores atentos y decidí acercarme a uno de ellos. "Hola, qué tal?... te importaría dejarme tu guitarra para tocar con ella mis 4 canciones?... la que traigo no puedo enchufarla"... "con mucho gusto amiga". Y allí estaba yo. Subida en un escenario, a miles de kilómetros de mi ciudad, rodeada de gente desconocida que me observaba hospitalaria y me sonreía, y con una guitarra prestada cariñosamente. Yo era la penúltima, devolví la guitarra y subieron los últimos. Al terminar se acercó el chico a felicitarme y a decirme que le había gustado mi música. Yo volví a agradecerle su detalle. Me dijo, que en realidad esa guitarra no era suya, si no de un amigo que formaba parte de su grupo, pero que en esos momentos no estaba en el País. Me preguntó de dónde era... por mi acento. Le dije de España. Sonrió y me dijo que el chico verdadero dueño de la guitarra, estaba justamente en España. Que había ido de intercambio por la universidad. YO me sorprendí y le comenté que estaba allí justo por eso. Estaba de intercambio en la Universidad Autónoma de Guadalajara y que venía de Málaga... El chico con la boca cada vez más abierta, me dijo que el dueño de la guitarra, que se llamaba Aarón, estaba justamente de intercambio en la universidad de Málaga estudiando Comunicación Audiovisal y que estaba en el tercer curso. Yo no podía creerlo. Había estado tocando con la guitarra de la persona que se había intercambiado conmigo.

Seis meses después en los pasillos de la facultad de Málaga me presentaron a un chico que estaba a punto de irse a su país, que había estado de intercambio duranto cinco meses, que era de Guadalajara, México, y que se llamaba Aarón.

Cuántas casualidades de estas se dan a lo largo de una vida y nunca llegamos a saberlas...




Gema Cuéllar.

www.myspace.com/gemacuellar

You May Also Like

6 comentarios