NI PARÍS, NI LOS BESOS, NI MADRID, NI LA CAMA

by - agosto 19, 2014

"El beso" de Antonio Canova en el Louvre, París.

Solía ponerme nerviosa cuando pensaba en lo que habías podido vivir con otras mujeres. Nada de lo que tú y yo hemos hecho ha sido nuevo para ti, ni para mi. Ni París, ni los besos, ni Madrid, ni la cama... Solía arrugarme por dentro, insegura, y preguntarte mil veces por tu pasado, para, después,  mirarme al espejo e intentar buscar, de alguna manera, mis cualidades. Pero, entonces, sólo encontraba una nariz chata, una cara pálida, llena de pecas, una enclenque que se creía incapaz de gustarte para toda la vida. Porque a pesar de cada cosa que he experimentado antes de experimentarte, yo era una inexperta de ti. Y eso da mucho miedo. He de admitir que te subestimé. Que me tomé tus palabras a la ligera cuando me decías "si me dejas, voy a cuidarte". Pero ¿por qué iba a creerte? A penas te conocía. Ahora te conozco algo más. Y me conozco algo más. Ahora el espejo me devuelve una imagen bonita de mi, de mi nariz chata, de mis pecas y mi palidez. Ahora, después de volver a vivir lo mismo pero contigo. Ahora todo es más auténtico, a pesar de ser la 2º, 3º, 4º... vez.  Qué bien han tenido que tratarte. Qué bien ha debido de quererte. Qué bien han debido de besarte, de abrazarte y de cuidarte.

Qué bien Lisboa, qué bien.

Artistas del mundo, con nombre y apellidos. Escultoras de la obra que observo cada día, gracias.

Gema Cuéllar.

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