CUANDO TOQUÉ PARA ROSA BEIGBEDER
A lo largo de todos estos años, desde que decidí hacer esto, he tenido suerte. Suerte de encontrarme sobre el escenario con verdaderos artistas y, además, muy dispares. Se me ha ocurrido hacer, dentro de este blog, una sección dedicada a algunas colaboraciones especiales y así mostrársela a todo aquel que no pudiera estar presente.
Rosa Beigbeder, es una persona a la que conozco fuera del escenario. Antes de verla bailar, yo ya sabía que era una artista. A un verdadero artista se le reconoce a leguas. No hacen falta sombreros ni gafas cual letrero luminoso que llame la atención. Una simple conversación basta. Y un día, entre palabras, decidimos juntarnos. Nos daba igual que su especialidad fuera la Danza del Vientre y la mía el Pop. Nos daba igual lo extraño que pudiera parecer el proyecto porque simplemente confiábamos en el buen hacer y el corazón de cada una. Nos apetecía y punto. Y yo ya sé que del corazón sólo pueden salir cosas grandes y bonitas. Así que, finalmente, nos juntamos. Nada más y nada menos que en mi último concierto en La Botica. Ese lugar que sigue tan presente y a la vez tan lejos. Y fue digno de haber sido visto por miles de ojos.
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